La condena del cambio
- David Sahad
- 14 feb
- 5 Min. de lectura

I was born when she kissed me, i died when she left me i lived a few weeks while she loved me
(Nací cuando me besó, morí cuando me dejó. Viví algunas semanas mientras ella me amo)
In a Lonely Place (1950) es una obra que a partir del genero policial negro, nos entrega un retrato de la tragedia de su protagonista: Dixon Steele.
En la tragedia griega clásica, el protagonista arquetípico, es un héroe que encarna los valores morales de su pueblo y, finalmente, sucumbe a su hamartia debido a un error fatal. La hamartia de Edipo es su búsqueda de la verdad, impulsada por su arrogancia, la hybris. Es su determinación por descubrir el origen de la peste en Tebas, lo lleva a descubrir su propia historia trágica: ha matado a su padre y se ha casado con su madre. Algo similar ocurre en el filme.
Dix no es un héroe clásico, es un guionista de Hollywood venido a menos que no puede controlar su ira y es incapaz de cambiarlo. Lo que compartiría con un protagonista típico de una tragedia es su inevitable destino trágico que comienza sin que él pueda evitarlo. Dix encarna el arquetipo del antihéroe noir: un hombre cínico atrapado en un entorno oscuro y corrupto. Esta mezcla convierte a Dixon Steele en un personaje doblemente condenado. Por un lado, por su inevitable final, y por otro, por el entorno sombrío que lo envuelve, propio del policial negro.

El policial negro se caracteriza por poseer tramas atravesadas por la investigación de un crimen. Decir que esto no sucede en In a Lonely Place sería erróneo, como lo sería también afirmar que el crimen es lo central del filme.Ya que esta película posee características tanto estructurales como temáticas que la asemejan a una obra de tragedia griega clásica.
Seguimos a Dixon Steele, interpretado por Humphrey Bogart, a quien se le asigna la tarea de adaptar una novela cuyo argumento refleja el de la propia película: la creciente sospecha de que uno de los miembros de una pareja ha cometido un asesinato. Sin mucho interés en el trabajo, Dix le pide a Mildred Atkinson, quien trabaja en el restaurante que él frecuenta, que cancele su cita con su novio Henry y lo acompañe a su casa para contarle la historia de la novela. Decepcionado por el argumento del libro, despide a Mildred a altas horas de la noche. A la mañana siguiente, Dix es llevado a la comisaría y en medio de un interrogatorio se nos devela que Mildred ha sido asesinada, poniendo a Dix como el principal sospechoso. A este interrogatorio se presenta Laurel Gray, su vecina, quien le ayuda con su coartada. A partir de este momento ambos personajes comenzarán una relación y Laurel ayudará a Dix con la escritura del guión.
El destino se convierte en una fuerza ineludible en la obra, este destino se nos es anticipado por la novela que debe adaptar y por Martha, masajista de Laurel. Como si de un oráculo se tratase, estos dos elementos premonitorios nos relatan el ineludible desenlace fatal entre Dix y Laurel. Otro elemento premonitorio de gran importancia es Charlie, un actor de los años veinte que deambula borracho, recitando frases célebres de sus antiguas películas. Su presencia funciona como un reflejo distorsionado del destino que aguarda a Dix: un hombre olvidado, atrapado en el pasado y consumido por su propia decadencia.
Lo central del filme es la propia relación que se establece entre Dix y Laurel. En un principio esta relación parece ofrecer una posible redención para Dix. Sin embargo, la relación es destruida por los propios defectos del protagonista. La inicial bondad que Laurel ve en Dix, se va convirtiendo en repulsión y miedo con cada acto de violencia que demuestra, llevándola a sospechar que él es el autor del crimen. La obra entonces utiliza el amor como una oportunidad desperdiciada para la salvación de Dix.
En el cine negro, la línea entre el bien y el mal, como la moralidad de los personajes, es deliberadamente ambigua. Esta nube intensifica el conflicto del protagonista, atrapado en dilemas éticos que lo llevan a cometer el error fatal que define su destino. Dix es inocente, pero su carácter violento y su incapacidad para controlarse oscurecen la percepción de su inocencia, incluso para Laurel. Así, esta ambigüedad moral se convierte en parte de su hamartia y conduce a su culminación trágica.

En los momentos de la investigación. El sargento Brub invita a cenar a Dix. Ambos se conocen desde sus días en la marina —sabemos que los motivos de la invitación tienen por detrás a la investigación—. Ya en la mesa, Dix sugiere a Henry como el culpable y luego se ofrece para ayudar a resolver el caso. Dix utiliza de actores a Brub y Sylvia, su esposa, para recrear el momento del asesinato . Lo detallado de la descripción sumado al tratamiento lumínico de esta escena, convierten a Dix en un villano. Al ser cuestionado responde:
“Tengo experiencia en asuntos de este tipo, he matado a docenas de personas… en películas”.
En este momento, donde la presunción de culpabilidad de Dix está en su punto más alto, es cuando Nicholas Ray cambia el foco de la película hacia Laurel, acentuando más aún la ambigüedad de Dix, ya que ahora son los espectadores quienes también dudan de él. Con esta nueva focalización vemos con otra luz a nuestro protagonista, quien, puede ser una persona capaz de recitar las más bellas citas y en otro segundo mostrarse como alguien que es dominado por su ira hasta el punto de casi matar a golpes a otra persona.
El final de In a Lonely Place no puede ser un final feliz. Laurel tiene miedo de convertirse en la próxima víctima de Dixon Steele. Junto a la ayuda de Mel, agente de Dix, Laurel decide utilizar la entrega del guión terminado como una manera de suavizar el efecto de su huida. Ante la sospecha de un complot en su contra, Dix explota, atacando primero a su amigo Mel y luego a su prometida, Laurel. El ataque parece acabar con la vida de Laurel, de la misma manera que Dix habia descripto el asesinato de Mildred. El ataque solo es detenido por una llamada del cuartel de policía, anunciando el descubrimiento del verdadero asesino, Henry novio de Mildred, pero ya es demasiado tarde. En el clímax de la película, Dix pierde todo lo que le importa. Esto genera una catarsis tanto para Dix como para los espectadores. Es un desenlace característico del cine negro, al evitar concesiones hacia sus protagonistas . No hay victoria de la moralidad, no hay victoria del amor frente al malentendido. Solo vemos la caída de Dixon Steele, cumpliendo así su destin.
Por David Sahad
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